Hace unos meses contactamos con Baldo Ramos. Se encontraba en DeArte, una de las ferias artísticas importantes de nuestro país, y presentaba sus obras. Pero sus obras eran poemas ilustrados, o eran pinturas abstractas con algunas letras. Sobre todo eran arte, y también poesía. Por todo esto cuando pensamos en escribir un documento sobre la pintura y la poesía en el libro nos vino enseguida a la cabeza ese poeta joven y gallego de casi dos metros y mirada agradable. Nos envió generoso esta miscelánea, dicha en su idioma materno. Ésta es su poética, aquí es donde se explica. La mirada ilegible (A ollada ilexíbel) de Baldo Ramos.
Empecé a pintar de un modo espontáneo. Vi en las palabras la extensión de un gesto, el tacto de una mirada,best replica watches
las formas de una imagen incomprensible.
Para mí la pintura es una consecuencia de lo que escribo, quién sabe si la raíz misma de la que brotan las palabras.
En el proceso de creación, entiendo la caligrafía como un puente entre lo que leemos y lo que vemos, entre la escritura y las imágenes. De ahí que, en la selección de los signos que nombran y de los símbolos que revelan, encuentre mayor expresividad cuanto más ambiguos, cuanto más abstractos, cuanto más desposeídos de la realidad que los evoca.
Entiendo el arte como una recreación de la realidad desde la nada, desde el vacío, desde la inexistencia de las cosas en una ceguera que nos obliga a edificar, como dioses desheredados, una mirada del mundo, una imagen de lo que habitamos en la más absoluta oscuridad del abandono y de la orfandad frente al tiempo.
Por eso aprecio más en la pintura la pura abstracción, porque las formas que genera siempre nacen de la inocencia de no saber, del punto cero en el que toda la geometría poética asienta sus coordenadas.
Empleando un símil, si el pintor es un visor o vidente de la realidad, el pintor realista sería un visor miope, que deforma o desfigura lo que ve, mientras que el pintor abstracto sería un desahuciado por la oftalmología, ya que su ceguera lo obliga a reconstruir la realidad a imagen y semejanza de las formas que pueblan la oscuridad que lo acoge.
Supo ver más allá de lo que comprendieron sus palabras.
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Concibo la poesía como plástica verbal y la pintura como escritura visual.
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La creación artística será más auténtica cuanto menos dependa de lo que vemos. Construir un mundo sin referentes visibles puede parecer un alarde esteticista, una entelequia discursiva. Pero si ese mundo llega a ser habitado por alguien, si ese mundo es compartido por otros, sin duda el arte tiene sentido como lugar de encuentro, como diálogo con aquello que aún no sabemos descifrar.
Es como la vida. Debe ser como la vida: metáfora perfecta en la que converge en paralelo. Y, como en la vida, sólo tiene sentido como búsqueda. Como finalidad, como destino, sólo tiene sentido para la teología. Y en el arte también hay muchos teólogos que piensan que la creación estética debe tener finalidades no siempre confesables.
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Non me interesa a realidade que ven os meus ollos.
Interésame a realidade que aínda non saben comprender.
[No me interesa la realidad que ven mis ojos.
Me interesa la realidad que aún no saben comprender].
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A caligrafía é o vértice da palabra coa imaxe, do indicíbel coa evidencia, do signo co sintagma; o vértice da vontade de ver coa imposibilidade de posuír.
[La caligrafía es el vértice de la palabra con la imagen, de lo indecible con la evidencia, del signo con el sintagma; el vértice de la voluntad de ver con la imposibilidad de poseer].
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A palabra como suspensión da linguaxe.
O trazo equilibra a realidade
no espazo estéril da significación.
(Semántica do baleiro).
[La palabra como suspensión del lenguaje.
El trazo equilibra la realidad
en el espacio estéril de la significación.
(Semántica del vacío)].
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Sei onde
mais fáltame saber por que.
[Sé dónde
pero me falta saber por qué].
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A palabra transparente só che deixará ver o que aínda non comprendes.
[La palabra transparente sólo te permitirá ver lo que aún no comprendes].
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Ignora o ollo que as palabras anticipan a visión.
[Ignora el ojo que las palabras anticipan la visión].
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Eu non son pintor.
son un simple poeta
que ás veces pinta
o que ve nas palabras.
Un calígrafo, como moito,
que di co trazo
o que lle nega a ollada.
[Yo no soy pintor. / Soy un simple poeta / que a veces pinta / lo que ve en las palabras. / Un calígrafo, como mucho, / que dice con el trazo / lo que le niega la mirada]
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Disolvo a paisaxe da ausencia no óleo das palabras.
Engado augarrás na proporción debida.
Labro ríos na tea desta sede
que seca a transparencia do encontro.
Nas marxes da ollada
transcribo a luz que se dilúe
nas bocas da cegueira.
[Disuelvo el paisaje de la ausencia en el óleo de las palabras. / Añado aguarrás en la proporción necesaria. / Labro ríos en la tela de esta sed / que seca la transparencia del encuentro. / En los límites de la mirada / transcribo la luz que se diluye / en las bocas de la ceguera].
Baldo Ramos
Baldo Ramos (Celanova, Ourense, 1971). Poeta y artista plástico, su obra indaga en los espacios que comparten la poesía y la pintura. Sus libros de autor -Signos de cinza, As follas da memoria, Frontera sur, Ut pictura poesis- son el fruto de esta fusión. Ha publicado cinco libros de poesía hasta el momento: Raizames (Follas Novas, 2001), A árbore da cegueira (Espiral Maior, 2002), Los ojos de las palabras (Fundación María del Villar Berruezo, 2002), El sueño del murciélago (Pre-Textos, 2003) y Diario de una despedida (Amarú Ediciones, 2005).
Su obra pictórica ha sido expuesta en diferentes salas del ámbito gallego y portugués y ha servido para ilustrar numerosos libros, revistas y plaquettes. Ha recibido, entre otros, el premio Arcipreste de Hita (Alcalá la Real), María del Villar Berruezo (Tafalla), Concello de Carral (A Coruña), Rosalía de Castro (Barcelona) y Ciudad de Tobarra (Albacete).