Poesía Digital estuvo en Cosmopoética, el gran evento poético nacional del año. Escribimos a continuación algunas de las notas que tomamos allí, en una libreta roja y cuadriculada, junto a imágenes de esos días. Tres semanas después del encuentro, estas líneas intentarán justificar la primera frase. Son sólo ideas sueltas, pero creemos que sirven para hacerse una idea de lo grande que fue aquello.
UNO. Encontré en Córdoba que algunos poetas se encontraban a sí mismos. Es probable que lo rebata, pero para mí que María Negroni fue una de las que se encontraron. En un taller dijo: “los períodos de no escritura me angustian”. Y a continuación: “Bueno, no sé por qué dije me angustian. Ahora me angustian menos”. Puede parecer una tontería, pero me gusta pensar que para algunos poetas de Cosmopoética, la experiencia provocó que creciera su poesía o, al menos, el conocimiento de algo tan resbalaladizo como su poesía.
DOS. Creo que justo esto es lo que se comprobó en los talleres: que la poesía es,swiss replica watches pero es resbaladiza.
TRES. Mundillo literario de compra y venta y dimes y diretes no hubo. Cuando asomó -lo reconozco, fui yo quién provocó el desliz- se le habló de frente y sin trampas: sí, hay mundillo literario y es necesario que exista. Ahora bien, has de comerciar con él después de escribir tu poemario. No antes.
CUATRO. ¿Cómo se escribe un poema? ¿Y cómo no se escribe un poema? Ésa es la pregunta -difícil porque hay que hacer mucha sintaxis a quemarropa- que contestaron en dos frases una docena de poetas para Poesía Digital. En octubre publicaremos el documento. Respuestas concisas para una pregunta casi inabarcable.
CINCO. Pdta: Los poetas Carlos Pardo y Juan Antonio Bernier coordinaron Cosmopoética. Una coordinación perfecta que no consistió sólo en que cada invitado estuviera en su lugar y en su momento sino en mucho más: en una relación personal, sencilla, agradable y tranquila con todos y cada uno de los poetas. Un trabajo extraordinario.
SEIS. Hay muchas cosas que anoté que no puedo/debo escribir en este documento. Son cosas personales, privadas, fuera de micrófono. Todas ellas enseñan mucho más de la poesía y del mundo poético que una crónica periodística y más que muchos artículos críticos. Por ejemplo, aquella respuesta deliciosamente malvada sobre cómo no se escribe poesía. O aquello de los libros y las papeleras del hotel.
SIETE. Datos: 34 poetas consagrados, 15 poetas españoles jóvenes, 17 artistas (algunos de ellos también poetas), 16 nacionalidades, 6 lenguas, 5 días, 12 horas de lecturas en institutos, 22 horas de recitales poéticos, 6 horas desentrañando cómo se escribe un poema, 2 mesas redondas (rectangulares y sugestivas), 2 coordinadores.
OCHO. Arriesgada mesa redonda sobre poesía y política. Subrayo de entre muchas cosas interesantes, esto de Mila Ramos: “Es casi una obligación denunciar lo que está pasando: dos tercios de la población mundial es analfabeta y nuestro vecino de enfrente está siendo torturado en la cárcel del vecino de enfrente. Esta denuncia se puede hacer con un panfleto o con buena poesía”. Antes, Óscar Hahn se atrevió a hablar de que es verdad que hay un compromiso, pero a veces es selectivo. Lo corroboró otra vez Mila: “Yo no escribí sobre los atentados del 11M ni sobre el 11S no porque no me parecieran monstruosos sino porque no podía, y me pareció heavy metal hacer algo que no me brotaba de dentro. Pero a veces me he preguntado si todo eso [todo ese movimiento de denuncia surgido desde todos los ámbitos, también el literario] no debería hacerse también por los conflictos en Ruanda, Burundi, India, Pakistán o Sri Lanka”.
NUEVE. Derek Walcott dio la impresión de estar cansado, IWC Replica Watchesmuy cansado. Hay dos lecturas posibles: a) está cansado de tanta pregunta y tanta entrevista y tanta palmadita en la espalda y ha optado por darle la mismísima a los lectores; y la b), que es la que prefiero: cada día se da más cuenta de que preguntas como cómo es tu poética o qué es la poesía o qué papel tiene la música en la poesía son incontestables. Y por eso casi que mejor no dice nada. Es comprensible.
DIEZ. Aun cansado, cuando habló dejó algunas afirmaciones muy sugerentes. Por ejemplo: “No sé qué puede ser la poesía sino ritmo”.
ONCE. Después de Cosmopoética hay dos cosas que no me gustaría hacer: la segunda es presentar a un poeta. La primera, leer el discurso político de rigor precocinado in extremis por algún avezado colaborador que no ha descuidado el detalle de espolvorearle un toquecillo entrañable y cálido, más alguna metáfora muy del gusto de los presentes.
DOCE. Además de todos los poetas convocados, hubo dos que no estaban en listas. Se llaman Guillermo y David. Son de Granada y estuvieron cuatro días durmiendo en un camping por siete euros la noche en una tienda de dos metros de largo por metro y poco de ancho. Sólo por Cosmopoética comían en supermercados y pateaban Córdoba a todo lo largo porque no tenían dinero para el taxi. Hablaban de poesía, convidaban a vino, se fotografiaban con los invitados. Caballeros, he ahí dos poetas.
TRECE. Cuando Rafael Adolfo Téllez habló del pueblo en la mesa redonda me di cuenta, de golpe y por primera vez en esos días, de que el público estaba absolutamente callado. Qué silencio, pensé. Decía que él no ha escrito nunca sobre ninguna ciudad. Que aunque su generación es urbana él reivindica el campo en la poesía. “Soy un fanático de pasear por viejos pueblos. Vivo en uno. Converso con viejas casas, tengo piedad por sus habitantes y por mí. Aunque sé que mi generación -excepto Llamazares, Trapiello, Cabanillas y alguno más- no está ahí, ése es mi lugar: yo encuentro mis dioses profundos en un jazmín que sobresale en medio de una calle ruinosa”.
CATORCE. El taller sobre cómo se escribe un poema -que, claro, hablaba de poesía- fueron 6 horas. En los recitales también se trataba de poesía: 34 horas. Y en las mesas redondas: 4 horas. A pesar de tales cifras, sigue siendo cierto lo que dijo un día Jorge Gimeno: que a los poetas, por regla general, les incomoda hablar de su poesía. Más mérito.
QUINCE. Selecciono tres citas que hicieron los poetas de otros poetas. Wallace Stevens: “Si los poetas escribieran como los niños miran la nieve más que gente les leería”. Un poeta viejito: “María, ten cuidado porque ya sabes cómo se escribe un poema: tu peligro ahora es escribir sin escribir”. Delio Tessa: “Reconozco un sólo maestro: el pueblo que habla”.
DIECISEIS. Para los incrédulos: la imagen de Ángel González en el instituto Averroes explicando su poesía tranquilamente a cuarenta atentos alumnos de esos que llaman problemáticos.
DIECISIETE. Caminas por una calle estrecha, donde las paredes amarillas y frescas caen hasta abajo desde muy alto. Termina el color pastel y hay una plaza pequeña. En la plaza un portón de madera antigua. Y tras el portón el patio de una casa encalada, donde el blanco se mezcla en voz chica con una baranda oscura, con unos geranios rojos, con el flamenco que sale de la habitación de arriba.
DIECIOCHO. Dijo Piedad Bonnet que la poesía es también un trabajo por la honestidad. No puede haber fraude. El poeta sabe cuándo están engañando y no debe hacer concesiones.
DIECINUEVE. Y dijo Eduardo Chirinos que Santa Teresa le descubrió que la poesía comienza con el miedo a crear un significante. Y contó una de las mejores historias de Cosmopoética. Un día un niño modela en clase una oveja. Supongo que con plastilina, o con un poco de algodón y palillos, como se modelan en clase las ovejas de toda la vida. La oveja terminada sale del aula y baja al jardín, a pastar. El niño la sigue corriendo pero cuando llega a ella ya no es la misma oveja que creó y, sobre todo, ya no le pertenece.
VEINTE. Titulares contundentes fuera de contexto:
“El poeta entra en trance. Hay un pequeño éxtasis. Estamos poseídos, pero no de la emoción, sino de la emoción de la búsqueda de la palabra justa”. (Piedad Bonnett).
“Comprendí que miedo y belleza van juntos y son inseparables” (Eduardo Chirinos).
“La poesía no es literatura. Yo identifico literatura y ficción. La poesía es una creación grandiosa de la humanidad pero no es ficción: proviene de nuestro ánimo, de nuestros sueños. Es una emanación de nuestra propia vida”. (Antonio Gamoneda).
“Es muy difícil hablar sobre cómo se escribe poesía en una lengua que no es la tuya. Así que no tengo más que decir” (Derek Walcott).
“El verdadero poema es el que tiene sonido de voz humana” (Derek Walcott).
“Tras escribir un primer verso el poeta reconoce que en esas palabras hay un futuro poético. Ves la palabra y ves que tiene una promesa, una potencia. Y ahí empieza la pasión por escribir ese poema”.(Piedad Bonnett).
“El lugar de la poesía sigue siendo esa clandestinidad que le sienta tan bien” (Rafael Adolfo Téllez).
“La poesía tiene una función irrenunciable en una sociedad que se quiera llamar civilizada” (Maurizio Cucchi)
“La capacidad que tiene la poesía es la de atestiguar las transiciones de la sociedad. Es más importante describir la dirección del tiempo que las idas de olla personales. Lo que pasa es lo importante, no lo que siente el poeta. El poeta tiene el deber y el derecho de interpretar el tiempo en que vive”. (Maurizio Cucchi).
“Jamás escribo cuando soy feliz” (Elsa López).
“Creo que hay un cliché que conviene desmontar: que la poesía es sentimiento y no es pensamiento. Si preguntáramos a la gente acerca de qué es un poeta contestaría que es alguien con sensibilidad, alguien que se emociona con el atardecer y lo dice en palabras bonitas. Ése es el malentendido. La poesía es pensamiento, porque el pensamiento es una emoción” (María Negroni).
“El lenguaje no es una piedra que haya que desbastar hasta encontrar el poema que se oculta dentro. La piedra es natural, y el lenguaje es, desde el principio, artificial”. (Henrik Norbrandt).
“La escritura es una enfermedad diagnosticada a posteriori”. (María Negroni).
“Me gusta pensar que hay grandes poemas que jamás serán publicados” (Henrik Norbrandt).
“Cualquiera le saca un jamón a un editor de poesía” (Benjamín Prado).
“Hasta el fin ha habido quien no quería que muriese yo” (Tomás Segovia).
“La tos es aparte, no forma parte de los poemas”(Tomás Segovia).
Javier García Clavel
Fotografías de Manolo González