Poesía Digital

De ayer a hoy hay m�s que un d�a

Gustavo Guerrero (ed.), Cuerpo plural. Antolog�a de poes�a hispanoamericana contempor�nea, Pre-Textos, Valencia, 640 pp., 2010

Una antología como ésta, que reúne nada menos que cincuenta y ocho poetas hispanoamericanos contemporáneos, tiene muy fácil cumplir sus objetivos. Si se trataba de divulgar cierta  producción inédita o poco conocida en España, el editor ha obtenido un éxito indiscutible. Más aún: a la poesía en español no solo le cuesta cruzar el océano Atlántico, sino que también tiene difícil atravesar los Andes, la selva, el Caribe o el estrecho de Panamá. La poesía cubana, por ejemplo,  no se suele conocer bien en Argentina, y viceversa. Además, esta antología también permite descubrir poetas a unos lectores que comparten  con ellos lengua y continente.  Así pues, de entrada solo quedaría felicitarse por un empeño tan útil y ambicioso de incorporar nombres tan interesantes como Eduardo Chirinos, Mónica Velásquez, Washington Cucurto, Frank Báez, Fabián Casas, Rocío Silva Santisteban, Damaris Calderón, etc.

En el prólogo Gustavo Guerrero postula la disolución de la modernidad como signo común de los nuevos poetas hispanoamericanos. El derrumbe del muro de Berlín en 1989 seria un hito simbólico del gran cambio de paradigma: frente a la confianza moderna en el valor metafísico de la palabra trazado en el modernismo y continuado en los grandes vates del siglo (Neruda, Paz, Vallejo, etc.), en la actualidad predomina la parodia y la lectura crítica del pasado. Como también se señala, este desmantelamiento de los "grandes relatos" de la poesía no se ha producido de la nada en las últimas décadas, sino que se ha venido gestando ya antes, con las voces, entre muchos otros, de Nicanor Parra, Rafael Cadenas, Enrique Lihn, Gerardo Déniz, etc.

Dentro de las posibilidades de lectura de este amplio libro, el prólogo sugiere que una de ellas sería la postura irreverente hacia el pasado, "la voluntad de pasar página y de dejar definitivamente atrás la mistificación moderna del quehacer poético" (27). Esto caracterizaría, por ejemplo, el neovanguardismo de Lorenzo Helguero o los versos desmitificadores de Sergio Raimondi, en donde un borracho dormido, "si fuera de mármol estaría expuesto / en un museo de Roma, Londres o París / como ejemplo de arte helenístico". Sin embargo, cabe recordar que este tipo de propuestas antitradicionales  ya forman parte de la tradición desde hace muchas décadas. Se pueden encontrar en el arte y la literatura europea y americana de hace noventa años. Así pues, si vamos a emplazar la poesía hispanoamericana dentro del contexto general de la posmodernidad, habrá que tener en cuenta, creo, su fuerte carácter intertextual como nota dominante, tal y como han destacado teóricos como Linda Hutcheon. Si los poetas han renunciado a ser reveladores de mundos nuevos, si se descree de la voz profética y visionaria, el oficio de la reescritura comienza a tener un papel más que relevante. La poesía asume borgianamente que todo se ha dicho ya. Eduardo Chirinos cita a Auden quien, a su vez, alude a Lope de Vega, siempre según Chirinos; Washington Cucurto escribe un ingenioso poema al fútbol y su lenguaje irónico, acriollado y patriotero recuerda demasiado al "Argentino hasta la muerte" de César Fernández Moreno; Rocío Silva Santisteban rinde homenaje a Pavese, Sexton o Albinoni; Ramón Cote Baráibar evoca un cuadro de Brueghel, etc. La tradición cuenta muchísimo, incluso en aquellos poetas jóvenes que —voluntariamente o no—, se sitúan poéticamente con un discurso transgresor.

Otros recorridos por la antología que sugiere el prologuista resultan más convincentes. Así, la influencia de la cultura de la imagen, perceptible en las evocaciones más comunes de pinturas y dibujos, pero también en las representaciones de guiones cinematográficos o de fotografías o poemas zapping. En la misma línea está la apertura a la experimentación con diversos medios expresivos,Replica Watches como el fotomontaje, o la intersección de lenguas tan diversas como el inglés o el mapuche. Aunque no se proponga de forma tan evidente, el prólogo termina ofreciendo otras pistas, como el abandono general de todo compromiso político y revolucionario o la aparición del travestismo de voces en la poesía más reciente serían algunas de ellas.

A pesar de los méritos anunciados, no quiero terminar sin constatar que este libro, al abrir la ventana a un paisaje tan inmenso, no siempre descubre un paisaje organizado, sino más bien una selva intrincada y confusa de senderos que están esperando ser desbrozados por otras manos . A veces, tanta extensión no permite distinguir las autopistas de las carreteras principales, ni éstas, a su vez, de los caminos secundarios. Con astucia innegable, el antólogo titula el texto como "Cuerpo plural". No hay un aire de familia, se nos dice, y  la "heterogeneidad" no tiene por qué ser un problema, sino un signo de época (30). Aunque quizá podríamos aducir que nuestra época no es la más lúcida de la historia, la heterogeneidad de este libro responde a razones menos ideológicas. Es sencillamente  imposible en cincuenta y ocho poetas de edades comprendidas entre los treinta y los cincuenta años, y, para colmo, procedentes de veinte países distintos. Con estos requisitos la pluralidad no es una comprobación, sino un punto de partida.


Javier de Navascués